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Mostrando entradas de febrero, 2019

Hachazos

De repente, cuando menos te lo esperas, la vida te da hachazos. Hace dos semanas, en un sobre con membrete impreso de una empresa sanitaria, venía celosamente cerrado uno de esos de los que tardas en recuperarte. Podrá usted llevar una vida relativamente normal, si conseguimos mantenerlo todo bajo control, advertía el facultativo mientras extendía la mano hacia el sorprendido y sobresaltado rostro que lo miraba fijamente. De repente, venían a la memoria el nacimiento de mis hijos, el trozo de marido que tuve la fortuna de elegir, y mi abuelo, dando vueltas en espiral y cayendo al precipicio, hasta darme cuenta de que la que caía al precipicio era yo, mientras ellos extendían sus brazos en intentos vanos de ayuda y socorro. Una desnudez fría recorrió mi frente, chorreada por gotas de sudor intenso, incapaz de hacer frente a los estímulos que pedían un brazo envolvente que diera calor a mi desesperanzado y permanente temblor. Una vida normal. Normal. La que n