Optaron por el choque de trenes, y choque hubo, a pesar de que el Estado puso el freno de mano, sin calcular que probablemente se pasaron de frenada … electoral. Necesitaban la sentencia como pretexto para volver a simular el encontronazo con las autoridades centrales del Estado. Y de esta guisa, el frenopático President anunció por sorpresa su voluntad de reincidir, anunciando un nuevo referéndum, ahora por la autodeterminación. No especificó, sin embargo, si volvería a ir de farol, como los anteriores dirigentes, no fuera a ser que alguien pudiera tomar en serio sus palabras de chiripa. En esta reacción calculada, medida hasta con el timing de las sentadas ‘pacifistas’, dirigidas con regidor móvil, en prime time y periodista mona, los políticos independentistas catalanes -y los madrileños, en el Gobierno central- corren el riesgo de verse superados por unos pocos frustrados, que creyeron a pies juntillas las falsas promesas de la Ítaca paradisíaca prome
El Supremo está a punto de hablar. En Cataluña parece que todo el mundo contenga la respiración, a pesar de los soplos y avances condenatorios de la sentencia. La Sentencia dirá lo inevitable: que Cataluña es España, le pese a quien le pese, y los presos son la principal demostración de este hecho irrefutable; y por mucho que pongamos a la zorra a vigilar las gallinas en el corral, no deja de ser corral. Los políticos reos disfrutarán de prebendas extraordinarias, distintas o ‘singulares’, acallarán y expedientarán a los funcionarios penitenciarios que no sigan sus dictados, podrán cambiar incluso la Dirección Política que manda sobre esos funcionarios, e incluso podrán plantearse para pagar sus multas la cesión de derechos a TV3 para un futuro biopic en el que se ensalcen, modo Narcos , sus valores humanos, su condición de buenas personas; pero nada les podrá eximir de lo que serán a partir de la confirmación de la sentencia: delincuentes , por haber vulnerado la