Se empeñaron en hacer
chocar los trenes y casi lo consiguen.
El borreguero contra el AVE, embistiendo
el primero y acelerando el segundo. La insumisión contra el orden, alentados los
primeros por fogoneros anarquistas de flequillo entero, y los segundos agazapados tras togas
y birretes de alto rango. Asistiendo, dia tras dia, a un bochorno que nos
avergüenza internacionalmente y que debería reconducirse. Queda poco, por
suerte, pues la premura con la que se pretende teatralizar el referéndum de la
senorita Pepis nos previene de darle más cuerda que la que queda temporalmente.
Pero, y el 2 de octubre ¿qué?
Si Puigdemont es
coherente -ya ha demostrado que no, o sólo cuando le interesa como excepción, pero aún así...-,
debería convocar inmediatamente elecciones. Para perderlas; y hacer perder con
ello a la de repente atemorizada burguesía catalana el poder del 3% y de las
liaisons con el poder, con el que tanto capital se amasó y torre en Pedralbes
se construyó-. No hay otra salida: las temidas elecciones ‘constituyentes’, en
las que el pueblo -catalán, eso si-, pueda hablar de acuerdo con la ley y en las que se respete su auténtico pluralismo politico y su diversidad. Cabe esperar al menos que
así sea.
Ahí es donde la mayoría
pasiva de catalanes, ésa que dice estar harta del prusés, y que no alza la voz por desinterés, o por temor a
los anticapitalistas, a la Colau y a Junqueras, juntos o por separado, o que no se manifiesta porque no lo ven necesario, va a poder demostrar que, de verdad, es esa
mayoría que dice ser y que las encuestas vaticinan. Aunque para fiar están las
encuestas... Para fiarse de ellas, me refiero. Y las urnas, no digamos ya en los
referéndums, las carga el diablo, con o sin cobertura presupuestaria, legal, de medios o de apoyo institucional. A los hechos recientes en otros lares me remito.
Ahí es donde se juega
el partido de la unidad de España, no en un referéndum a todas luces ilegal,
inconstitucional, sin garantías y que no resiste el mínimo análisis de
transparencia y legitimidad que reclamaría cualquier manada de analistas
internacionales independientes; siempre que no trabajen para la señorita Pepis, claro.
Y ahi es donde tienen
la oportunidad, nunca antes vista, nunca antes lograda hasta ahora, los
partidos que defienden la unidad; los partidos que quieren reconducir la
situación, para seguir tendiendo los puentes que nos unen antes que derribarlos con
esos ríos de gente que dicen separarnos.
¿Cómo?
Bien sencillo.
Presentando una
candidatura única, consensuada y de reconciliación.
Con un único
propósito: conseguir el gobierno legitimo de la Generalitat, para desmontar de
una vez por todas las patrañas y las mentiras con las que una presunta elite
intelectual catalana ha formado voluntades impunemente, machacando un dia sí y otro tambien, con el
Madrid ens roba, el Dret a decidir, o la sumisión del pueblo
catalán a un Estado salido del régimen de 1714, ayer como quien dice.
Es necesaria más que
nunca una foto de unidad entre Mariano, Albert y Pedro y los que confían en la legalidad -¿dónde está por cierto Duran i Lleida?- y sus representantes en
Cataluña, para reforzar en esos españoles abandonados la confianza en nuestras instituciones y en las vías
legales para solucionar e integrar los conflictos, promover el dialogo y los consensos
politicos posibles, sueños de Ítaca aparte.
Y, en mi modesta opinión, es evidente que el liderazgo de esta opción de unidad debería corresponder a Albert, de forma natural. Catalán de cuna, integrador, y comprensivo con la rica realidad
plural catalana, lingüística y otrora económica incluso, resulta imprescindible para avanzar en este proyecto
inclusivo que reabra las puertas del dialogo, la cordura en las instituciones
del Estado en Cataluña -y la Generalitat, recordémoslo, lo es-. Para que los
catalanes, esa mayoría silenciosa, puedan recuperar, por fin, su voz, expresada
en votos ante las urnas legitimas y legales.
Mantener discrepancias,
diversidad de discursos y descoordinación ante el órdago planteado por las
huestes independentistas no es sólo un abandono de esos españoles con voz silenciosa, sino un
paso previo al suicidio colectivo que deberiamos evitar a toda costa.
Que resulta una
propuesta necesaria es evidente.
El sector independentista va a volver a
presentarse ‘unido’ -aunque Dios los pille confesados si logran lo que dicen ser sus propósitos-, bajo la batuta y aplomo de ERC, desaparecida Convergencia, entre tanta herencia y heredero corrompido -presuntamente- de Jordi, y el desconcierto
de antiguos botiguers unionistas y de la clase acomodada con palco en el
Liceu. Con los mamporreros de la CUP a su bola, pues es evidente que el que
presume de seny demuestra aquello de lo que carece, a Pedralbes rogando -o exigiendo- y con el mazo
dando; y por otro lado, los de Podem -però no volem-, que dicen ser los que Volen
pero no poden, no vaya a ser que pronto puedan llegar a poder y dejar escapar así la tan soñada posibilidad de trasladar su despacho de fachada y con ello cambiar de acera, intentando sostenerse con los votos
de putas y Ramonetas, con perdón para las putas, con un sí pero no sino todo lo contrario, y lo opuesto en
similares condiciones, para que parezca lo que no es, sin que en el fondo sea nada, pues mientras se nada no se ahoga.
Dejémoslo claro: los independentistas
tienen derecho a defender sus propuestas; faltaría. Pero deben ajustarse a las
leyes, y deben respetar la voz de la mayoría, aunque sea silenciosa, sin
beneficiarse de su silencio y sobre todo, sin promoverlo o forzarlo. Y
tambien los que no lo son -independentistas, me refiero- tienen derecho a hacer oir y representar su voz y su deseo, sobre todo ante el riesgo, evidente, patente y
demostrado, tras el asalto a las instituciones proferido en las ultimas semanas,
demostrando su tan cacareada mayoría natural, con un
voto unido más necesario que nunca, ante los riesgos de ruptura y deslealtad
anunciados y ratificados por los hechos de manera evidente y sobrada.
No es una propuesta de
choque, pues los trenes, aunque nos intenten vender lo contrario, no circulan
por la misma vía, sino por vías paralelas, nunca secantes, sin posibilidad de
encuentro.
Y el encuentro, el diálogo, el reencuentro, son más necesarios que nunca aunque no sea tarea fácil. No para chocar, sino para
reconducir la situación, para restañar tanto tiempo de incomprensión, para recuperarse tras intentos de
separación, de ingenieria prefabricada para provocar un resultado como el 1-O,
40 años después de alcanzado el poder territorial, con el unico objetivo de la
desafección.
La
Constitución debe defenderse. La ley es importante, imprescindible.
Pero negar que la
Constitución pueda cambiarse, ajustarse, reforzarse en lo que nos une y evitar
escaramuzas de los que quieren separarnos, de uno y de otro lado, es tambien un
error. Grave.
Alguien en el Gobierno debería reconocerle los esfuerzos a una mente pensante
independiente como el señor Margallo, para no dejarse cegar por la falta de
diálogo, por la cerrazón y el miedo a que la Ley no sea tan incontestable como
parece, y termine siendo contestada por una mayoría que todavía no es tal, pero
que si así siguen las cosas corre el riesgo de serlo. ¿Y entonces qué, señor Rajoy?
Los españoles nos
jugamos mucho en el embate, empezando por su cabeza visible, mano en barba,
enmudecido y acusado por las barras y la estrella a la más mínima ocasión, sin
posibilidad de defensa, dejándolo desnudo cuando va vestido, o debería irlo.
Los partidos que defienden la unidad política y que se dicen poseedores del
respaldo mayoritario tienen una gran responsabilidad ante su pueblo, y hacer
dejación de la misma es una gravedad que no podemos consentirles.
Esperamos que sean
conscientes de lo mucho que se juegan, de lo que nos jugamos todos.
Muy buena, PETRA, esa idea de una candidatura conjunta.
ResponderEliminarMe temo que entre los políticos españoles no existe esa generosidad y visión de Estado.
Aunque nunca se sabe...
En democracia hay que ganar en las urnas, cuando son legales, para obtener la legitimidad exigida
EliminarPor supuesto.
EliminarHola Petra....¿una candidatura 'constitucionalistas' vs ...?
ResponderEliminar¿y encabezada por Rivera?
Inteligente, pero ¿viable?
slds
Si Puigdemont es coherente -ya ha demostrado que no, o sólo cuando le interesa como excepción, pero aún así...-, debería convocar inmediatamente elecciones.
ResponderEliminarDeje de leer ahí. Segun la lei de transionalidad, si gana el si, no debe convocar las urnas. Lo que tine que hacer es declarar la independencia. Como no tienes las dos possibilidades en cuenta se demuestra que no eres objetiva y por lo tanto no hace falta seguir leyendo.
Hola, Petra! he llegado aquí, guiada por una sugerencia de un forista de VP, donde nunca participo porque jamás recuerdo qué he hecho con la contraseña y cuando obtengo una nueva la vuelvo a perder. Culpo a la edad, la premenopausia que se ha convertido en menopausia en 2 días y a la situación política. Me encanta tener la oportunidad de leerte largo y tendido y prometo no extenderme en el futuro tanto como voy a hacerlo hoy, pero necesito desfogarme.
ResponderEliminarVolviendo a lo que nos interesa, que es la situación política, claro está. Llevo un tiempo preguntándome a mi y a mi entorno qué haríamos en el caso de que se celebrara un referéndum a nivel nacional. Cosa a la que, por otro lado, quizá habría que buscar encaje constitucional tras la pertinente reforma. La cuestión es que el hígado se me mezcla con el cerebro en este tema, como en tantos, y hasta hace poco ganaba el cerebro por poco. Mis argumentos a favor del NO a la independencia de Cataluña eran los habituales: sí, hombre ... encima se van a salir con la suya, después de este vil chantaje ... O, después de estos, vienen los baleares, y luego los valencianos y luego ... Y también está el famoso "y qué hacemos con los catalanes que no están de acuerdo con todo esto?" (a esto me contesto yo misma: que voten en las legislativas y dejen de abstenerse, que no hace falta salir con una bandera de España por la Plaza de Cataluña para mostrar tu desacuerdo y existen opciones "unionistas" de diferente color político ).
Como digo, esto era antes. En el pasado. Es decir, hace unas 3 semanas, porque está yendo todo muy rápido y me está pasando la vida por los ojos como si me estuviera ahogando. Ahora tengo muy claro que gana la víscera por goleada y que, aunque no lo merezcan, aunque abramos con esto el melón de la separación, aunque haya damnificados por el camino, yo lo que quiero es que se vayan. Que se vayan de una vez. Que España se beneficie del hecho de que la región más industrializada ya no es parte del territorio y por tanto se cree industria en otros lugares. Que dejemos de hablar de ellos a todas horas y de tenerles miedo, y de querer tenerles contentos. Porque, desengañémosnos, ni las leyes, ni la recentralización de las competencias ni el diálogo (odiosa palabra cuando se la vacía de contenido) ni el sentido común de mi muy admirado Mariano Rajoy van a conseguir revertir la situación. Hay un cáncer que se alimenta de soberbia y xenofobia en la sociedad catalana, que empezó como una pequeña inflamación y hoy ya se convertido en metástasis y no se me ocurre más cura que cercenar.
Como es la víscera la que habla, y los gobernantes con sentido común lo son porque no es su hígado el que toma las decisiones, imagino que no es un camino que se pueda tomar así por las buenas y me consta que D. Mariano ni se plantea algo parecudi. Por eso estoy casi deseando un imaginario gobierno PedroPablo en que se colocaran los cimientos para que esto sea una posibilidad y podamos dejar de ver, oir y aguantar a estas plañideras paletas y xenófobas.
En fin, de nuevo, lamento el rollo inaugural. Es que me ha hecho mucha ilusión ver este blog.
Magnífico, doña Petra. Como siempre. Me encantaría que se pudiera dar algo como lo que usted propone, pero mucho me temo que no vaya a ocurrir. Creo que pocas veces ha ocurrido en España el hecho de que, en determinada circunstancia histórica, los políticos del momento hayan optado por, o atinado con la mejor solución o la más ventajosa para España/los españoles. En fin. Es lo que hay.
ResponderEliminarUn saludo.
Te acabo de leer en populin.
ResponderEliminarTienes razón. Estos lo que quieren es evitar juicios y cárcel.
Me ha gustado lo de sor Andorra. Jajajaja
Prometo volver por aquí mas a menudo.
Saludetes, tronkis