El Dalai y la Mureneta

No salgo de mi asombro.

Un Hospital otrora reconocido internacionalmente incapaz de prestar los servicios que serían de menester. Me refiero al Conjunt Psiquiàtric de Sant Boi de Llobregat, que se ha visto superado por los acontecimientos recientes, y parece no poder dar abasto ante el proceso de locura colectiva que se vive en su exterior. Tan es así, que bien pareciera que los cuerdos quedaron dentro, por si las moscas.

Los recortes en servicios sociales derivados de la crisis, me supongo.

Cada día que pasa los dirigentes del secesionismo catalán sustituyen el seny por la rauxa, la improvisación y el esperpento. Una adaptación del gallego Valle-Inclán traducida de forma simultánea al francés, al catalán y al inglés con coletillas en castellano, aplaudida a raudales desde los altavoces no intervenidos de la Televisión Nacional de Cataluña con la intención de tapar otro más de los espantosos ridículos internacionales a los que nos tiene acostumbrados su ex –President.

Tras la proclamación de la República de pacotilla, el ex -President y su guardia de corps gubernamental viajaron hacia su Ítaca particular, intentando evitar la –implacable, anunciada y lentísima- acción de la justicia española. Rememorando las fugitivas escapadas de antaño de la gauche divine catalana a Perpignan, para ver El último tango. Intentando decorar con burlesca mantequilla belga la constante violación con mentiras de la dignidad del pueblo español.

Huyeron.

Huyeron para ponerse a salvo de sus presuntos delitos, mientras dejaron a ‘su’ pueblo indefenso, expectante, mudo, perplejo, que diría su acólita, la inculta Ada. Huyeron para buscar un asilo imposible, para buscar una cita política mediadora que se les negó, para utilizar un altavoz que finalmente encontraron, pero que se les debiera volver en su contra, de tantas mentiras que profirieron y evidencias delictuales que confesaron desde su particular Torre de Babel.

Escaparon.

Escaparon utilizando su DNI español, del que tanto reniegan. Se aferraron a su pasaporte español, para exigir su libre circulación por un espacio que destruye fronteras, no las crea innecesariamente.  Y desde bien lejos dijeron querer presentarse a las elecciones que su Estado opresor convocaba, precisamente para que también ellos pudieran expresarse y votar con la misma libertad que antaño, la que les otorgó la legitimidad y representación que se han empeñado en emponzoñar y pisotear vergonzosa e indignamente.

Como ratas corrieron para denunciar falsamente la persecución de ideas con las que millones de ciudadanos españoles viven con plenitud de derechos y respeto.  No son las ideas las que los van a llevar a la cárcel, sino sus actos presuntamente delictivos, y la fuga orquestada para evitar la acción de la Justicia. En un intento desesperado por llamar la atención de agentes internacionales que los ningunean, de políticos que no los reciben, expulsados de recintos que pretenden ocupar para otros fines, reconvenidos a renunciar a asilos que no merecen.

Solos.

Tan sólo acompañados por esa realidad fantástica inventada por el mundo soberanista y propagada a través de sus canales oficiales, su Arcadia Feliz ensoñada, su Ítaca tuiteada.

Patéticamente atacaron al Estado español, insultaron de nuevo a todos los españoles, recelaron de la justicia española, mientras confesaban algunos de los delitos que se les imputan.

Guerra, don Arfonzo, siempre tan punzante, puso el epitafio perfecto a esta ópera bufa: este Fuigdemont tiene complejo de Dalai Lama. 

Un Dalai surgido a los pies de Montserrat, al que ya no le valen ni los milagros inventados de la Mureneta.