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Profilácticos para evitar corrientes de opinión infecto-contagiosas

Debo el título de esta segunda entrada -tercera, para ser exacta-, al fino sentido del humor del forero @Boyevik, en plan guerrero, pelín machista pero siempre genial, que en respuesta a otro forero le comentó que un preservativo puesto en la mano no 'surte efecto'.

Pero en otras partes del cuerpo -y fundamentalmente de la mente, como funda mental- sí.

El cuarto poder, que no sé si existe pero manifestarse bien que se manifiesta, sobre todo los sábados por la noche a grito pelao, insiste en convencernos de la bondad de reconducir nuestros pensamientos en dos sentidos: la izquierda y la derecha, en un enfrentamiento perverso e irresoluble.

Aparece Dios, al lado de una poltrona roja y sin corona -nunca antes me lo había imaginado así-, acompañado a diestro y siniestro de sus pedagogos apóstoles empeñados en revelarnos la verdad esencial del mundo, dispuestos a guiar nuestros espíritus hacia la formación de la conciencia correcta, la suya, obviamente.

Da igual el tema, la complejidad del asunto, las implicaciones y consecuencias de lo que se considera, que es siempre lo de menos: los profetas de la derecha y de la izquierda siempre están preparados para soltar la misma cantinela, aunque no venga a cuento, ni aporte sustancia al entendimiento último, que lo único que importa es un eslogan que se pueda retuitear luego en las redes sociales.

Siempre aderezado, eso sí, con la coletilla final de 'y tu más', no sea el caso.

Deben pensar que somos tontas. Las televidentes, me refiero. Que no tenemos opinión, que nos falta el juicio; o que no nos cansamos de tanta cutrez y tanto bodrio aderezado como si fuera espuma líquida de huevo frito servida en un restaurante de a 350 euros el cubierto.

Por suerte, la mayoría de nosotras hemos tenido un familiar que era el portador del bien más preciado: el sentido común; que nos permitía evitar entrar en el juego de las opiniones maledicentes de terceros interesados en hacernos caer a la primera, o retomar la sensatez en los momentos que los nervios se esfumaban. ¡Cuánto me acuerdo de tí abuelo, y te extraño!

A pesar de todos los pesares, ahí siguen, semana tras semana tras el plasma, aún sin opciones a la presidencia del gobierno -también les vendría grande-, pero dispuestos a disputarse con la verborrea insana la opinión de los presuntos lerdos y atontaos televidentes.

Y yo, como valenciana que soy, que asistí también atónita al estreno en primicia de aquel engendro denominado Tómbola, no puedo sino recordar la maravillosa sentencia que lo encumbró a los anales -y no va con segundas, o sí- de la historia de la televisión:

'Esta gente son gentuza'.


Voy a preguntar en la farmacia a ver si todavía les queda uno de esos, que se adapten a mi cabeza, que la tengo bien grande. Y soy dura de convencer.


PD: me dice mi amiga la farmacéutica, que ahora la competencia televisiva ha incorporado un 'nuevo' formato en el que los periodistas del corazón son los que opinan de la realidad política. Así, sin protección ni nada. A pelo. En cuatro días vemos a la Princesa del Pueblo de sustituta del Ada madrina o de la señora Carmena y la mayoría sin inmutarse. Al tiempo.

Por si las moscas, le he pedido que me reserve dos cajas.

Comentarios

  1. Excelente artículo. Genial.

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  2. buenos días Doña Petra

    Grotesco (no tanto) el panorama de la columan de ayer con Juan Carlos Bermejo, respecto a lo de l PIB.

    Me recuerdan en sus argumentos los devotos de las huestes marianas a los de los devotos de la verdad oficial del 11M.

    Evidentemente ninguno hemos ido con los polvitos (de esos de los CSI) y la brochita a Atocha a buscar huellas, pero hay que ser muy gilipollas, o muy tolai, o como se quiera entender para visto el panorama y sabiendo lo que sabemos creerse la versión oficial del 11M. Pues con el PIB pasa lo mismo.

    No seremos expertos en macroeconomía pero si tenemos media neurona todos recordamos la actividad económica en "aquellos maravillosos años" (y sueldos, y créditos) y podemos compararla con lo que vemos en nuestro día a día. Y cualquier parecido con el PIB ahora es sólo muy ligeramente menor que el del 2007 es pura coincidencia.

    un muy cordial saludo y enhorabuena por su blog

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