Voy al cine para entretenerme, para pasar un buen rato, para reírme, para
emocionarme, para relajarme, para pensar en los míos, para reflexionar sobre el
mundo y sobre mi entorno, para hacerme más yo, o para olvidarme de quien soy imaginándome
de otra manera y en otro mundo.
En lo último que pienso es si lo que lleva entre las piernas el productor
supera o no los porcentajes; si se acuesta, deja de acostarse, bebe, fuma o es
abstemio de todo o de nada. De la misma forma que tampoco pienso en el sexo –o
género, o lo que sea ahora- de las personas que han limpiado los retretes del
centro comercial donde están los cines. Lo único que quiero es que estén
limpios, y en eso suerte tengo de que los miccionarios masculinos todavía están
separados, en la otra puerta. Quiero ver buen cine. No es tan difícil de
entender.
No quiero que me impongan cuotas de felicidad, de emociones, de
depresiones. Me gustan las buenas actrices y los buenos actores; las buenas
historias, de risa o de miedo. No quiero tener que ver un porcentaje de películas
malas, aunque sean rodadas de modo y porcentaje políticamente correctos. Y mucho menos quiero que se malgaste mi
dinero, o el de todos nosotros, en historias, directores y actrices que nadie
verá, que nadie distribuirá y que sólo algunos premiarán.
No quiero un establishment cultural que, enganchado a la teta de la subvención,
reclame igualdad desde la altanería de unos Blahnik de 15 cm y con el brillo de
unos Cartier de a 482.000, o se queje de los nabos feministas, mientras se tapa
de reojo la visión del canalillo y entrepierna de su compañera acompañada de un
esmóking tapa-todo de su compañero de fila. No quiero escuchar cada año la
cantinela de aquellas que quieren tapar su cómplice aquiescencia con la
hipocresía que les rodea con victimismos y amparos superficiales e inefectivos
a toda costa para el resto.
Me sobran hipocresías falsas, discursos vacíos y comportamientos poco menos
que increíbles. Me falta talento libre, libertad en el talento. De lo único
valiente y auténtico de la gala de anoche del cine español, se salva el grito a
favor del cine hecho por Woody –ahora que lo que se lleva es atacarlo por
acosador y tantas otras cosas- y la llamada –la de verdad, no la del postureo
amanerado y javiondo- de la señora Julieta Salmerón a favor de las madres,
verdaderas heroínas que salvan y dignifican la humanidad y que nos enorgullecen
como personas.
No nos avergoncemos por ser madres. Es nuestro privilegio. La igualdad no
debe conseguirse en su detrimento. Sería un gran error. Lo es, de hecho,
renunciar a la maternidad por querer emular la carrera machista del éxito. It is the other way round, girls…
Señoras y señores cineastas: Despójense de abanicos fabricados en China por
niñas sin seguro y de hashtags imposibles para tapar su falta de talento, su
nula capacidad de marketing, de buenas ideas, su imposible competencia con una
industria dominada y monopolizada por los grandes estudios americanos, y pónganle
remedio a algo que todavía podría y debería tenerlo. Hagan mejor cine, o inténtenlo
al menos. Y ya de paso, intenten mejorar la Gala, su guión, su realización, su
conducción, su duración,… aunque no la hagan mujeres.
Por lo menos hoy no tengo que esconderme por ser de Albacete.
Apreciada Petra
ResponderEliminarSanta paciencia la suya por ser capaz de de ver semejante gala.
Lo peor es que si eso es lo mejor que puedan dar ellos/as para promocionar un espectáculo al que uno va de forma voluntaria, pues estamos aviados.
Hace no mucho una de de las banicadas reconoció haber ido a recoger la estatuita sin ropa interior. Durante el ágape se la paso a su "compañero", y lo hizo en la seguridad de que la iban a nombrar, para despues hacer el chiste fácil. Esas son las que luego montan el numerito por las azafatas de F1 y la terrible explotación a la que son sometidas.
Al final tendremos azafatas transgénero enseñado el paquetón con un tanga bien visible (espero que por lo menos lo lleven puesto), y poniéndolo en horario infantil para que aprendan desde pequeños que tienen que hacer para ganarse la vida.
un cordial saludo
Una de las actrices hizo doblete: consiguió meter el feminismo y el timo del VIH y el Sida todo en la misma frase.
EliminarBuenísimo, doña Petra. Enhorabuena.
ResponderEliminarSalimos de una época de imposición y censura, y entramos en otra peor; porque en ésta, en muchas ocasiones, nos la imponemos nosotros mismos. Con todas las ilusiones que nos creamos (creímos) en la Transición, y a esto hemos llegado. Aunque mi fe en la especie humana es grande, no sé si esto tendrá solución. A lo mejor, como en la saga de la Fundación, de Asimov, habría que crear una Fundación en el extremo más alejado de la galaxia que pudiera paliar, en cierta medida, los efectos devastadores de la nueva Edad Media a la que parecemos dirigirnos de cabeza.
Un saludo. Y gracias por sus elucubraciones.
Buenísima la columna, PETRA.
ResponderEliminarDe sus mejores, sino la mejor.
Enhorabuena!.
Muchas gracias. De hecho, tomo prestado el título de un gag que le dedicó Joaquín Reyes a la 'ganadora' de anoche, tenía que ser ella, porque le tocaba a una mujer, como otras veces le a tocado a otro no por sus méritos sino porque los astros así se habían alineado:
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=3IhypS74wpU
De nada!, muy apreciada.
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