Tuvieron que
venir todos para matarlo.
Políticamente,
claro.
Porque él se
resistía como gato panza arriba. A pesar de que fueron su silencio ignominioso,
su parálisis política, su negación reiterada de la tozuda y criminal realidad,
su plasmada visión de todo aquello que pudiera moverse más allá de su poltrona, y su
incrédula desconfianza de aquellos que le bailaban el agua, día sí, día
también, los que lo mataron. La sentencia únicamente ratificó lo que era sabido
de todos, por mucho que se resistiese a aceptarlo. El Presidente, casi ex, era
un muerto viviente, que se las creía muy felices con unos Presupuestos
dadivosos, si no vergonzantes para la mayoría de españoles, a los que decía
defender, pero que escondían únicamente sus ansias de poder, de permanecer en
el poder, intentando salvar con ellos la losa de los sobres en B y de los SMS
cruzados y finalmente desvelados.
Paganinis: todos,
en suma.
Y la casa por
arreglar.
Y la que te
rondaré morena.
La tentación,
vestida ahora de ambición morena, vive ahora arriba, quién se lo iba a decir tan sólo unos días atrás. Dirección Moncloa, aunque
con estación, parada y fonda en Villa Letrina, con permiso de supremacistas, izquierdosos de
puño en alto y viático diario, y mareistas mareados. El batiburrillo es de aúpa.
La que se nos viene encima,… está por ver.
No apostaba ni
cinco perras gordas por el candidato. Incompetente hasta la saciedad, sin
programa como quedó demostrado hoy en el Congreso de los Diputados, ni falta
que hacía. El programa era echar a Rajoy, o lo que es lo mismo, litros de
salfumán y pinza en la nariz que aquí no ha pasado nada y todos salimos ganando.
O eso creen. Bonitas palabras para todo el mundo. Besos y arrumacos entre Pablo
y Pedro, celosas Vilma Díaz y Betty Mármol, digo Ánforaletrina, aunque bien
empleados están los cuernos si se controla el BOE, que los niños no vienen con
un pan bajo el brazo.
En el debate de
hoy estuvieron ausentes los españoles, sus problemas, y las medidas para
superarlos. Sólo existió el culto a la persona, el votadme porque yo lo valgo,
que yo lo arreglo porque todos vais a tener lo que pedís, que es bien poco –echar
a Rajoy porque no hizo lo que tenía que hacer; marcharse-, porque parece que
muerto el perro acabó la rabia. Pero la rabia está contenida. Saltarán chispas
de rabia en el partido que ha callado y mirado para otra parte escabullendo su
propia responsabilidad. Siguen las chispas en la tierra del norte entre toallas
rojigualdas y cruces amarillas, con las costuras del vestido cada vez más
descosidas. Rabiosos se van a poner en Ferraz cuando vean que las encuestas no
despegan, y más rabiosos en Ciudadanos cuando comprueben que las encuestas
pasadas solo eran un espejismo.
El guirigay que
se ha montado no sé cómo se soluciona. Los jueces pueden quedarse solos ante
tantos desafíos políticos. Los políticos, veremos si son capaces de respetar
las reglas o al menos acomodarlas a lo que la mayoría pide y exige. La mayoría,
puede ver cómo lo que pide y exige se entierra con más Estado y más burocracia,
acuerdos y componendas entre políticos mediante.
Hoy siento miedo por España. Y pena por los españoles…
que asisten
atónitos, despropósito a despropósito, a la sucesión de cuadros políticos cada
cual más desternillante.
Que nos pillen
confesados.
Benicarló, 31 de
mayo de 2018
Comparto su miedo. Y su pena.
ResponderEliminarY lo peor es que ya hemos abandonado toda esperanza.
Será que estamos en el infierno...
Que nos pillen confesados desde luego, pero pena por los españoles ninguna.
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