Ir al contenido principal

Las tablas de sumar, multiplicar... y las de dividir


Yo ya no sé si estamos en período pre-electoral o en una clase de cálculo. Como explicaron muy bien en Informe Semanal la semana pasada, en España se confunden las matemáticas con el cálculo. Cierto. Y la gimnasia con la magnesia. Y el culo con las témporas. Y hasta a Pilar con las amantes de Juan Carlos. Que tanto monta…

Veo las nuevas siglas partidistas y los políticos persisten en engañar a la población, digooo a los votantes. España Suma, Navarra Suma, Madrid también suma, Cataluña multiplica por Junts, en mi Comunidad, modo ofrenar, suman por el País. Cuando en realidad, como se ha demostrado, los partidos se han puesto de acuerdo para restar las opciones del oponente, aunque así se limiten las propias. Y la división que existe en Cataluña,… ni les cuento, a pancartazo limpio. Y eso que no ha salido la Sentencia, la madre de todas las sentencias, si olvidamos aquella de l’Estatut que nadie en su sano juicio pedía en la sociedad, como se demostró en la ínfima participación en el autoreferéndum de aprobación sacado por la mínima. De aquellas urnas con polvareda, estos lodos que lo enfangan todo.

El espectáculo dantesco que han ofrecido los líderes políticos en el período postelectoral, el de las pasadas elecciones, daría motivos para que los votantes les dieran un soberbio esquinazo y el 10 de noviembre se presentara en los Colegios Electorales su p.. retendida madre. No va a ser así, y los medios de comunicación -otro circunloquio para expresar lo contrario- vomitarán aquello de la fiesta de la Democracia y que hemos ganado todos, mientras tiran a la basura los decorados de cartón-piedra con los que intentan dotar de veracidad y de rigor -ahí creo que se han pasado- a su labor periodística y de información. Puritito entretenimiento con un nivel inferior al del manicomio VIP ése de los famosos. Al menos los políticos permanecieran encerrados… hasta que fueran capaces de ponerse de acuerdo, si no por el bien e interés general de España, sí al menos por el suyo propio.

Sería una buena alternativa al sistema electoral. En lugar de que las elecciones nos costaran dinero a todos, sólo pagarían los que votaran, app mediante, a través del móvil. Se encierran todos los candidatos en una casa sellada a cal y canto para que duerman por circunscripciones en la misma habitación, que se acostumbren a su olor de pies, que oigan sus gárgaras en el baño, o a sus ruídos bucales cuando tragan la sopa. Cada semana de aquí a noviembre, podrían expulsar a uno de los candidatos -con posibilidad de repesca en las semifinales-, y así al final, se decidiría la presidencia entre los dos candidatos con mayor número de líderes no expulsados en cada habitación-circunscripción. El que ganara podría formar gobierno y, además, elegir las listas por provincia de los aduladores de San Jerónimo, digooo de los Diputados. Todo serían ventajas con el nuevo sistema, y hasta Jorge Javier Vázquez se sentiría el presentador intelectual que siempre quiso ser, modo Sánchez-Dragó, a pesar de que milenarismos los tiene a porrones, cada tarde, noche o findesemana, así luego nos quejamos de los niveles de debate inexistente.

Me lo voy a tomar a chiripa. Estos políticos y este sistema no da más de sí, y no vamos a amargarnos con la que está cayendo.

Encima hoy Thomas Cook se va a la quiebra, para que encima canten las excelencias del Brexit. La que faltaba… El otoño va a ser duro, … y sin hojas.

Comentarios

  1. Anda... y yo pensando que tú eras de las que tienen ganas de votar...
    ;-)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares